Ambientado completamente en la década de los 70s, Mundaka Bar ha conquistado el corazón de Murcia. Ubicado en la Ctra Santa Catalina 26, este lugar rebosa de autenticidad y carácter propio. Los DJs residentes, Andres Arias y Berto Mené, se encargan de ambientar la pista de salón, que se recubre de notas de House cada fin de semana. Aunque en la actualidad se encuentra cerrado, las historias que resuenan en sus paredes aún causan empatía en los murcianos.
En Mundaka Bar, la música es esencial. Desde 2001, y gracias al trabajo de DJs residentes como Pedro Panona, este establecimiento se ha convertido en un referente de la cultura dance de Murcia. Con un ambiente retro y una marcada nostalgia por la década de los 70, este club nocturno ha sido capaz de atraer a un público muy heterogéneo a disfrutar de sus noches, desde los más jóvenes y rebeldes, hasta los más maduros y pausados.
Hubo quienes, siendo hijos de la mítica década, aún recuerdan el Mundaka Bar como un lugar de encuentro y diversión. Los visitantes podían probar las cervezas de primera calidad mientras disfrutaban de sesiones de música en vivo. Aquel que buscaba una auténtica experiencia de pub encontraba en Mundaka el lugar ideal.
Aunque principalmente reconocido por su atmósfera musical y de celebración, el Mundaka Bar ha dejado su huella en la memoria palatina de Murcia. Las tapas que aquí encontrabas, acompañadas del refrigerante de tu elección, eran un claro homenaje a la gastronomía de Granada y Andalucía. Todo esto, sumado a la variedad de opciones para desayunar y menús nocturnos a precios justos, continúa delineándolo como uno de los mejores bares de la ciudad.
A pesar de que hoy no se encuentra en funcionamiento, la memoria de este pub pervive en los murcianos, muchos de los cuales lo describen como un «lugar con encanto» lleno de «cervezas variadas y exquisitas».
El Mundaka Bar no solo se recordará como un lugar de fiesta y diversión, sino también por su legado en la cultura y la vida nocturna de Murcia. A través de su música y su ambiente cercano, se forjaron conexiones profundas que aún perduran, y que han contribuido a hacer de Murcia una ciudad más vibrante e interesante. La memoria de sus noches de fiesta, de su música, de sus cervezas y de sus tapas, será sin duda recordada con cariño por aquellos que tuvieron oportunidad de disfrutarlas.
En conclusión, aunque la luz del Mundaka Bar se haya apagado, su brillo puede todavía apreciase en los relatos de quienes formaron parte de su historia. Los murcianos recuerdan y añoran con ternura aquellas tardes y noches de alegría y felicidad. Y así, Mundaka Bar continúa vivo en los corazones de todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerlo y disfrutarlo.